lunes, 15 de julio de 2013

para fans de herzog

      El subtítulo elegido comenta por sí solo la foto que ilustra esta crítica, tomada hace unos años en un cine de Seattle. Puestos elegir alguna película del director alemán, yo me quedaría con Fitzcarraldo (1982), su obra más redonda y a la vez comercial que también incide en la erosión de la naturaleza por el ser humano. Tanto una como otra pasaron en su día por el legendario auditorio de A Lomba, lo cual ayuda lo suyo a la hora de revisarla veintitantos años después. ¿Habrá alguien que no conozca a Werner Herzog?
      Al lado de figuras de la talla de Wim Wenders y Rainer Werner Fassbinder, se puede decir que Herzog fue la tercera pata fundacional del llamado Nuevo Cine Alemán. Ya desde el principio nos deja clara su preferencia por los anti-héroes: personajes de singular personalidad enfrentados a un mundo hostil; la lucha por su supervivencia o por defender sus ideas está siempre abocada al fracaso. Sus personajes se rebelan ante la absurdidad de su vida y su lucha contra esta situación les lleva a la locura, la anulación total o la muerte.
      Donde sueñan las verdes hormigas trascurre en un territorio perdido de Australia; dos tribus aborígenes conservan sus leyendas, sus canciones y sus leyes sobre la creación del hombre y la naturaleza, sosteniendo una lucha desesperada por conservar su cultura, sus mitos y costumbres producto de cuarenta mil años en el desierto. Surge el conflicto de estas tribus con las leyes de la moderna Australia y los intereses de un consorcio minero que desea extraer uranio dentro de su territorio. El saqueo colonial continúa. El resto no es más que una fachada de respeto inexistente.
      Los estudios antropológicos suelen llevarnos a otro equívoco. Nos hacen pensar que la ciencia y la civilización moderna (o postmoderna) llevan a rescatar -en su respeto por lo humano- esas culturas residuales. Pero no es así. Ocurrió con las culturas precolombinas, con los indios americanos o con la presa de Assuan. Según palabras de Herzog, “no puedo protegerlos, creo que nadie puede hacerlo. Los perderemos, nos empobreceremos, y al final, desnudos y amnésicos, no tendremos más que la cultura McDonalds en este mundo”.

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Wo die grunen ameisne traumen  (Aelmania, 1984.
Director: Werner Herzog. Intérpretes: Bruce Spence, Norman Caye.
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