martes, 2 de julio de 2013

felicidad sin diversión

      Durante un tiempo Rainer Werner Fassbinder (1946-1982) fue uno de los directores clave de aquel movimiento fílmico que se dio en denominar Nuevo Cine Alemán, y que a muchos nos ofreció la posibilidad de conocer también a unos incipientes Wim Wenders y Werner Herzog ya que los tres eran plato habitual en la programación del Cine Club Ádega de hace unos cuantos lustros. Del primero nunca pudimos ver por aquí su obra semi-póstuma, la durísima Querelle, quizás por el escándalo y la fama de ‘bestial’ que desde siempre rodeó su pase.
      Hasta entonces Fassbinder se iba ganado la confianza del paciente aficionado al buen cine, alternando películas más o menos comerciales (El Matrimonio de Maria Braun, Lili Marleen), con propuestas más arriesgadas de infinito valor cinematográfico (Las Amargas lágrimas de Petra Von Kant, La Ansiedad de Verónika Voss). Entremedias, la constante crítica y desconfianza teñida de pesimismo hacia el llamado Milagro Alemán, la nueva burguesía y sus prejuicios que subyacen del no tan lejano pensamiento nazi.
      Todos nos llamamos Alí abunda en la falsedad de una sociedad racista y xenófoba trasladable hasta nuestros días, al tratar el idilio entre un inmigrante marroquí (Alí) y una súbdita germana entrada en años (Emmi), lo cual desencadena en el entorno más inmediato de la mujer toda clase de desaires y conflictos hacia ellos. Un film modesto, una auténtica obra de arte, nunca cae en maniqueísmos ni sensiblerías, expone la delicada situación que presenta con una imparcialidad total, sin ceder un palmo ante el sentimentalismo.
      Fassbinder, al que vemos haciendo de yerno malvado, parece sentir tanto amor y comprensión hacia la desigual pareja que se niega a romper esa unión y prefiere dejar la puerta abierta a una esperanza que, sin embargo, no va a suponer ni mucho menos el final de los problemas para Emmi y Ali: en primer lugar está su situación personal como pareja (¿amistad?, ¿relación marital?), y después la sociedad que los ha aceptado hipócritamente como moneda de cambio pero no como a dos seres humanos que se quieren.

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Angst essen Seele auf (Alemania, 1974).
Director: Rainer W. Fassbinder. Intérpretes: Brigitte Mira, El Hedi ben Salem.
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